La codicia y el deseo de poder son temas que el Nuevo Testamento aborda de manera clara, condenándolos como actitudes contrarias a los valores del Reino de Dios. Jesús y los apóstoles advierten sobre los peligros de estas inclinaciones, tanto en el ámbito personal como en el liderazgo. Estas conductas son vistas como barreras para la verdadera fe y el servicio a los demás.
1. Jesús sobre la codicia y el poder
a) La codicia como idolatría: Jesús advierte que la codicia desvía el corazón hacia los bienes materiales, alejándolo de Dios.
Lucas 12:15:
"Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee."
Aquí Jesús señala que la codicia es un peligro espiritual, ya que define la vida de manera equivocada, poniendo el énfasis en lo material.
Mateo 6:24:
"Nadie puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas."
Jesús identifica a las riquezas como un «señor» que compite con Dios por el control del corazón.
b) El poder y el servicio: Jesús redefine el concepto de poder, presentándolo como servicio, no dominio.
Mateo 20:25-28:
"Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor."
Este pasaje destaca que el liderazgo verdadero se basa en la humildad y el servicio, no en la búsqueda de poder.
2. Ejemplos de codicia y poder en el Nuevo Testamento
a) El joven rico (Mateo 19:16-22):
Un joven se acerca a Jesús para preguntar cómo obtener la vida eterna, pero se aleja triste cuando Jesús le pide que venda sus posesiones y las dé a los pobres. Este relato muestra cómo la codicia puede impedir que una persona siga a Cristo.
b) Judas Iscariote (Juan 12:4-6):
Judas, uno de los discípulos de Jesús, traiciona a su maestro por 30 piezas de plata. También se menciona que era codicioso y robaba de la bolsa común de los discípulos.
Juan 12:6:
"Pero dijo esto, no porque se cuidara de los pobres, sino porque era ladrón, y teniendo la bolsa, sustraía de lo que se echaba en ella."
c) Ananías y Safira (Hechos 5:1-10):
Una pareja miente sobre el precio de una propiedad que habían vendido, quedándose con parte del dinero mientras pretendían haberlo entregado todo a la iglesia. Su acto de codicia y engaño resulta en su muerte inmediata como juicio divino.
d) Simón el mago (Hechos 8:18-24):
Simón intenta comprar el poder del Espíritu Santo con dinero, lo que lleva a Pedro a reprenderlo severamente:
Hechos 8:20:
"Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero."
3. Advertencias apostólicas sobre la codicia y el poder
a) Pablo:
1 Timoteo 6:10:
"Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores."
Pablo enfatiza que el problema no es el dinero en sí, sino el amor desordenado hacia él.
Efesios 5:5:
"Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o impuro, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el reino de Cristo y de Dios."
Aquí Pablo equipara la avaricia con la idolatría.
b) Santiago:
Santiago 4:1-3:
"¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís."
Santiago señala que la codicia y las pasiones desordenadas son fuentes de conflictos y división.
c) Pedro:
1 Pedro 5:2-3:
"Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey."
Pedro advierte contra la búsqueda de ganancias deshonestas en el liderazgo espiritual.
4. Lecciones y principios para los creyentes
1. Contentamiento:
Hebreos 13:5:
"Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que tenéis, porque Él mismo ha dicho: 'Nunca te dejaré ni te desampararé.'"
2. Generosidad:
La generosidad es presentada como el antídoto a la codicia.
2 Corintios 9:7:
"Cada uno dé como propuso en su corazón, no con tristeza ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre."
3. Dependencia de Dios:
Mateo 6:33:
"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."
El Nuevo Testamento enseña que la codicia y el deseo de poder son trampas que alejan al creyente de Dios y de una vida plena en Cristo. En su lugar, se promueven valores como la humildad, el contentamiento y el servicio. Estos principios no solo transforman al individuo, sino que también crean comunidades centradas en el amor y la justicia.