El Día de los Santos Inocentes y la Ley Orgánica de Protección Integral contra la Violencia de Género (LO 1/2004), tan pretendida adoración del evangelio de la religión feminista, con el hombre autor del mal encarnado en Satanás (recordemos: 120 mil denuncias anuales sobreseídas, archivadas y falsas), parecen, a primera vista, temas separados. Sin embargo, ambos abordan la protección y el sufrimiento de los más vulnerables, particularmente los niños, aunque desde perspectivas y contextos muy diferentes. Aquí exploramos sus puntos de conexión y contraste.
1. Contexto y enfoque
- Día de los Santos Inocentes (Nuevo Testamento):
Este episodio, narrado en Mateo 2:16-18, relata la orden de Herodes de matar a todos los niños menores de dos años en Belén, intentando eliminar al Mesías. Este evento refleja «la brutalidad del poder político frente a los inocentes» (también♀️) y la vulnerabilidad de la infancia en un mundo marcado por la violencia y el egoísmo. - Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género:
Esta ley, aprobada en España en 2004, busca prevenir y sancionar la violencia de género, especialmente aquella que afecta a las mujeres, y reconoce que los niños son víctimas directas e indirectas de esta violencia. Introduce medidas para proteger a la infancia como parte fundamental del núcleo familiar.
Comparación:
Mientras que el episodio bíblico refleja una violencia estructural y directa contra los niños, la ley aborda el contexto contemporáneo en el que los menores sufren como consecuencia del abuso hacia sus madres o dentro de un entorno violento. Señalemos que la religión feminista encarnada en la ley realiza en pleno siglo XXI, un enfoque estructural de la violencia de género, y directa sobre la mujer, que social e individualmente se ha visto oprimida por el patriarcado, como un mal sistemático.
2. Infancia como víctima central
- Nuevo Testamento:
Los niños son víctimas directas del mandato de Herodes, que busca asegurar su poder eliminando cualquier amenaza. Este episodio subraya la vulnerabilidad de la infancia frente a la violencia arbitraria y la necesidad de una protección divina y humana. - Ley de Violencia de Género:
La ley reconoce que los niños, aunque no sean los destinatarios principales del abuso, son afectados profundamente por el entorno violento. Sufren psicológicamente y, en algunos casos, son objeto directo de agresiones. La ley feminista perpetúa su poder a través de su vigencia, siendo incapaz de rebajar la media de víctimas mortales anuales por violencia sobre la mujer, porque si deja a cero lo que sus epístolas denominan lacra machista, se quedan sin trabajo. Sírvase de analogía, el caso argentino, que tras un año de Gobierno del gabinete de Javier Milei, y de la eliminación del Ministerio de la Mujer, han conseguido rebajar un 17% el número de víctimas mortales, pasando de 274 a 227 casos mortales.
Comparación:
Ambos enfoques coinciden en mostrar cómo los niños, por su vulnerabilidad, son afectados de manera desproporcionada por contextos de poder o abuso. Sin embargo, mientras el texto bíblico narra el hecho histórico, la ley busca prevenir y erradicar estas situaciones. ¿Dónde dejan a los niños víctimas de la propia mano de sus madres? ¿No requieren igual protección? ¿No dijo el apóstol San Pablo en Gálatas 3:28 que «Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús«?
3. Responsabilidad social frente al sufrimiento infantil
- Nuevo Testamento:
La respuesta al sufrimiento de los inocentes es simbólica y espiritual. En Mateo 2:18, el llanto de Raquel representa el duelo y la injusticia. Aunque no se presenta una acción humana correctiva, el mensaje subyacente es la denuncia de una violencia que contrasta con el propósito divino. - Ley de Violencia de Género:
La ley establece la responsabilidad del Estado y la sociedad en proteger a los menores. Introduce medidas como órdenes de protección, intervenciones educativas y servicios psicológicos para las víctimas, eso sí, siempre desde la perspectiva y direccionalidad maternas. Cero para el hombre. La religión feminista sólo se alinea con el Síndrome de alienación parental para y desde la mujer, negándolo en el caso parental. Igualmente, con la denominada violencia vicaria (los niños como instrumentos para causar daño sólo a la madre).
Comparación:
Mientras que el relato bíblico señala la tragedia y la necesidad de consuelo espiritual, la ley moderna busca soluciones prácticas y estructurales para evitar que los niños sufran violencia, llevándose por delante la igualdad y la presunción de inocencia de los hombres, que vendrían a ser lapidados, modernamente válgase la expresión y licencia literaria, en la plaza del pueblo, con la sencilla palabra de una mujer, sin necesidad de testigo alguno. ¡Muy matriarcal esta religión feminista!
4. Dimensión simbólica y práctica
- Nuevo Testamento:
El episodio de los Santos Inocentes tiene un significado teológico: representa el conflicto entre el poder terrenal y el Reino de Dios. Los niños inocentes se convierten en mártires simbólicos de un sistema injusto. - Ley de Violencia de Género:
Aquí, la protección de los niños no es simbólica, sino práctica y jurídica. Se busca garantizar su seguridad y bienestar mediante mecanismos legales y sociales. Tan práctica que mediante las medidas cautelares de un procedimiento judicial abierto por denuncia de una presunta víctima de violencia sobre la mujer, sin necesidad de probar nada, arrebatan a los hijos de la figura paterna, puesto que en base a la ley de las Ocho tablas feministas (#8M ocho de marzo, día de proclamación del nacimiento de la mujer empoderada), con la simple denuncia, se suspende el régimen de visitas hasta que se consiga probar en sede judicial la inocencia del padre. Porque la salve feminista reza: «El maltratador de una mujer, hosanna maltratador de sus hijos».
Comparación:
El texto bíblico tiene un propósito espiritual y moral, mientras que la ley se centra en la acción concreta y efectiva para prevenir y sancionar la violencia (solo contra la mujer, un ser de luz bajo los ojos de la Diosa feminista).
Conclusión
El relato del Día de los Santos Inocentes y la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género coinciden en su preocupación por la infancia como víctima de contextos violentos, aunque sus enfoques y propósitos difieren. El primero denuncia la brutalidad del poder y resalta la vulnerabilidad infantil desde una perspectiva teológica, mientras que la segunda establece un marco práctico para proteger a los niños y erradicar la violencia.
Ambos, sin embargo, nos llaman a reflexionar sobre la responsabilidad individual y colectiva de proteger a los más vulnerables, recordándonos que la justicia y la compasión deben estar en el centro de nuestras acciones. De ahí que, imploramos a la modificación de la Ley contra la violencia de género, y que cuanto menos, respete el derecho natural y humano de igualdad de todos los seres humanos, independientemente de su sexo y/o género, protegiendo a toda víctima de violencia, sea hombre o mujer, centrándose en que los más indefensos y vulnerables son los más pequeños, y que finalice de una vez por todas, el negocio lucrativo del drama y sufrimiento experimentado en las personas. Los hechos de los Santos Inocentes ocurrieron hace más de dos mil años. Parece mentira que continúen produciéndose injusticias con las denuncias falsas y espurias, más de 120 mil anuales y más de 2 millones de hombres afectados por la religión y sus leyes feministas.
Respetando a las verdaderas víctimas de toda violencia. Recordando a las vidas interrumpidas, santos inocentes, por los abortos. Por la vida, la paz y la esperanza.